En las próximas líneas, Alberto Prada, un apasionado triatleta y aventurero, compartirá su experiencia en primera persona, relatando lo que vivió cada día.
¡Vamos a por ello!
Para empezar, voy a comentar en que consiste un ULTRAMAN. Un Ultraman es una prueba deportiva que consiste en recorrer 515Km en 3 etapas y en 3 días consecutivos con un máximo de 12 horas por día.
El primer día se nadan 10.000m y al salir del agua se recorren 140k de bici. El segundo día 280k de bici, y el tercero 84k de carrera a pie.
Pero todo empieza meses antes, cuando mi mente se llena de pensamientos únicos que constantemente me martillean como “menuda barbaridad”, “no se si podré”, etc, etc. Pensamientos que se refuerzan con los comentarios de los demás en los que afirman tener que “estar loco” para plantearse algo así.
Días antes la ansiedad y las dudas vuelven a asaltarme: “¿habré entrenado lo suficiente?, “¿seré capaz?” …
Al final nos ponemos en la línea de salida confiando en que todas las horas de entreno en soledad, con calor y con frío que hemos pasado, hayan merecido la pena.
Amanecía el día con un segmento de natación que pintaba bien ya que, al nadar en la Ria de Ribadesella, las corrientes podían hacer de las suyas y complicar mucho el segmento.
Pero al final no fue así y las corrientes brillaban por su ausencia.
El sector del agua consistía en 5 vueltas de 2000m cada una, pudiendo salir del agua para avituallarse en cada vuelta. En el agua fui tranquilo y más o menos a ritmo de lo entrenado. (Cuando se dice que eres lo que entrenas es por algo).
Las dos últimas vueltas la ría empieza a hacer de las suyas y el remontar el rio empezaba a complicarse. Pero al final con un poco de mareo y con ganas de vomitar, acabamos el sector.
El sector del agua consistía en 5 vueltas de 2000m cada una, pudiendo salir del agua para avituallarse en cada vuelta. En el agua fui tranquilo y más o menos a ritmo de lo entrenado. (Cuando se dice que eres lo que entrenas es por algo).
Las dos últimas vueltas la ría empieza a hacer de las suyas y el remontar el rio empezaba a complicarse. Pero al final con un poco de mareo y con ganas de vomitar, acabamos el sector.
Aunque salgo del agua con mucho frio por estar tanto tiempo dentro, la transición la hago lo más rápida que puedo y me subo a la bicicleta para hacer dos vueltas de 70km y unos 2200m positivos con dos subidas al mítico puerto asturiano del Alto del Fitu.
Hago la primera subida al Fitu sin piernas y con unas sensaciones raras que hacia un montón de tiempo que no sentía. En los avituallamientos como y bebo bastante y parece que me recupero y vuelvo a pedalear de una forma más fluida.
La humedad se nota en el segmento de ciclismo y el hielo en los avituallamientos se vuelve indispensable por las altas temperaturas.
Hacemos la siguiente subida al Fitu y parece que todo funciona mucho mejor. No dejo de dar pedales y llego con unas buenas sensaciones a la línea de meta del primer día.
Lo mejor de la línea de meta es que meto las piernas en el agua fría del rio Sella a su paso por el hotel donde dormimos, y para mí, ese es el mejor recuperador que existe.
Amanecía con el cielo parcialmente despejado después de una noche con fuertes lluvias.
Cada participante sale con un minuto de diferencia entre uno y otro. Esto se hace para que no haya drafting y así los esfuerzos se realicen de forma individual, ya que ese es el espíritu de este tipo de pruebas.
La jornada consistía en 3 vueltas de 90k aproximadamente más un recorrido por la zona de Arriondas hasta completar los 280km y unos 2600m de desnivel positivo, teniendo que subir un puerto llamado La Rebollada en tres ocasiones.
Este día me encuentro mucho mejor de piernas, aunque el kilometraje, el calor y la fatiga acumulada del día anterior hace que la jornada fuera muy larga y muy dura.
Los kilómetros van pasando y las sensaciones son buenas. Voy parando en todos los avituallamientos para comer y sobre todo beber, ya que el intenso calor hace que me deshidrate muy rápido.
Pasado el puerto de La Rebollada, el descenso es propicio para coger buena velocidad debido a la anchura de la carretera y que el asfalto está en buen estado.
La última vuelta se me hace eterna ya que hace mucho calor y las piernas empiezan a resentirse. Aun así, acabamos bastante enteros y nos vamos directamente al rio a recuperar las piernas para la doble maratón del día siguiente.
A las 08:30 h nos ponemos en la línea de salida para hacer la doble maratón. Los ánimos en la salida son continuos por parte de los demás participantes y sus familias y eso te hace empezar con muchas ganas.
En los primeros kilómetros cae un chaparrón, que lejos de hundirnos, nos hace seguir corriendo con algo de fresco, cosa que más adelante lo pagaríamos debido a la humedad que hubo en cuanto salió el sol.
Como sabemos que quedaba un mundo por delante, el ritmo es reservón y tranquilo ya que había que conservar las piernas para los momentos más críticos que sabíamos que iban a llegar.
A partir del kilómetro 15 entramos en un circuito por una vía paralela a la carretera en la que los acompañantes y gente que quisiera correr contigo, lo pudiera hacer. En mi caso me acompaño en bicicleta mi amigo y hermano Emilio.
De nuevo el hielo en los avituallamientos se volvió básico para que nos pudiéramos refrescar ya que el calor y la humedad eran impresionantes.
Poco a poco y tirando de las tres Cs, CABEZA, CORAZON Y COJO…, vamos haciendo kilómetros y cuando nos queremos dar cuenta estamos a pocos kilómetros de la meta.
Los últimos metros los hago en compañía de todos los míos, del TEAMGUSI (Marga, Indira, Leo y Lucas) que están esperándome en la meta.
Dejo aparte para una mención especial a los dos hermanos que tengo y que me han acompañado desde el primer día dándome soporte tanto a mi como al resto de los participantes que los necesitaron en algún momento. Ellos han sido fundamentales para que todo esto saliera adelante ya que sin ellos estoy seguro que no hubiera cruzado esa meta. Ellos son JOSE y EMILIO. GRACIAS DE VERDAD POR TODO.
Cruzo la línea de meta y aunque muy cansado, estoy satisfecho de haber podido terminar mi segundo ULTRAMAN.
En este tipo de pruebas se crea durante esos días una especie de familia que se perpetua en el tiempo. Te llevas unos amigos que los tendrás para toda la vida.
Cada año todo el mundo recibe al último, ya que no somos contrincantes, sino esa pequeña familia que se enfrenta toda junta a un gran reto. Entre todos realizamos un pasillo y recibimos emocionados y con los nervios a flor de piel a ese último participante que cruza la línea de Meta.
Para terminar, quiero acordarme de todos los participantes, hayan terminado o no. Para mí son todos FINISHER ya que solo por plantearse ponerse en la línea de salida, merecen todos mis respetos. SOIS MUY GRANDES.